El padre Óscar Cetina Vega se toma una foto del recuerdo con fieles que asistieron a la misa de acción de gracias por su aniversario sacerdotal 28, en la parroquia La Purísima Concepción y San José, en Progreso.
La escasa afluencia de fieles se atribuyó a que fue día hábil y amaneció nublado y con baja temperatura por el frente frío 13 y una vaguada, que causaron que cerca de las 7:30 de la mañana cayera una lluvia que duró una hora.
En la homilía, el párroco de Progreso habló de qué significan para él estos 28 años de consagrar su vida a Dios y agradeció el cariño de los católicos de Progreso y demás comunidades donde ha hecho su labor ministerial.
“Sin duda los momentos más alegres de mi vida fueron al lado de mis padres, quienes me dieron todo: amor, comprensión y ayuda, fue una etapa plena de mi vida el que me enseñaran su amor por Cristo”, expresó.
Indicó que agradece a Dios por manifestarse en su vida durante todos estos años a través de su familia, amigos, compañeros sacerdotes, laicos, monaguillos y toda la gente que ha tenido a bien a cruzarse por su camino.
Recordó que con los católicos del puerto ha vivido varias experiencias, pues en esta parroquia lleva cuatro años y 10 meses, incluyendo los tiempos de la pandemia del Covid-19, en los que —dijo— no sintió temor, sino tranquilidad.
Agradeció a los presentes por estar acompañándolo.
Dijo que los pastores y los padres son iguales “porque la oveja sin pastor no debe ser. Gracias por su presencia, gracias por sus oraciones, su bondad da alegría a mi corazón, soy feliz por compartir y por estar aquí con ustedes”, concluyó el párroco.
Antes de la bendición final, el padre dijo, en broma, que el de ayer sería posiblemente su último aniversario en el puerto, pues ha ocurrido que cuando el Arzobispo visita su parroquia, pocos meses después lo envían a otro lugar.
Así aludió a que este jueves 7 se espera que el arzobispo Gustavo Rodríguez Vega llegue para oficiar la misa de la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, patrona de la parroquia de este puerto.
Tras su comentario, el párroco dirigió una oración a la Virgen de la Concepción y bendijo a los fieles.
Luego llegó el turno de la foto del recuerdo con el sacerdote, para lo que se formaron los representantes de los apostolados que asistieron a la misa.
Después, participaron en un sencillo convivio con pan y café, a tono con el clima nublado y fresco.