Primero llegaron los cafés que admitían mascotas. Luego abrieron otros con gatos donde las bebidas quedaron en un segundo plano ante la interacción con los felinos. Y la última moda en Japón son los cafés con cerdos.
“Fue maravilloso. Muy relajante y agradable”, expresó Brad Loomis, un ingeniero informático de Washington, tras visitar el Mipig Café de Tokio con su hija Paige.
Estaban entre docenas de clientes que una mañana se tomaban selfis y esbozaban enormes sonrisas en el local. Los cerdos, de una raza miniatura, trotaban por la sala buscando un regazo acogedor en el que acurrucarse.
Los animales están sorprendentemente tranquilos, aunque resoplan de vez en cuando. Nos les gusta estar solos, por lo que son una gran compañía. Y, a diferencia del estereotipo, son muy limpios y no huelen mal.
Los clientes pagan 2,200 yenes (unos 253 pesos) por los 30 primeros minutos en compañía de los cerdos, y se necesita reserva.
“Cada cerdo es único. Cada uno tiene su personalidad. Puedes notar que uno es más testarudo y otro más tierno”, señaló Shiho Kitagawa, ejecutiva en Mipig que se refiere a los animales con el término honorífico “buta-san”.
El Mipig Café del moderno vecindario de Harajuku está entre los 10 de este estilo que la cadena ha abierto en el país desde la inauguración del primero en la capital en 2019. Se están preparando otros dos que estarán operando más adelante este año.
Los amantes de los cerdos afirman que son excelentes mascotas. Pueden adquirirse por 200,000 yenes (23,022 pesos) en Mipig, donde han sido adiestrados para ir al baño y están acostumbrados a estar con gente. La empresa, que comercializa asimismo comida para esa raza, dice que ha vendido 1,300 ejemplares como mascotas.