Las máquinas para pelar naranjas, que se fijan a la mesa y giran las frutas rápidamente, son una creación del yucateco Rubén Flores, fundador del Bazar de Fierros. Inspirado por un accidente en el que su madre se cortó pelando una naranja, Rubén se propuso encontrar una solución más segura.
Tras investigar máquinas beliceñas e inglesas que pesaban más de 15 kilos, Rubén diseñó una versión más ligera, de solo 2.5 kilos, usando barras y resortes. Fabricada en bronce para mayor durabilidad, la máquina incluye manerales de plástico y soportes de bronce para las naranjas.
Rubén enseñó a sus seis hijos el proceso de fabricación, aunque cada uno domina solo una parte del mismo. La máquina tuvo gran éxito y se convirtió en un importante sustento para muchas familias yucatecas, llegando incluso a Francia y Centroamérica. Aunque ya no están a la venta, estas máquinas siguen siendo un testimonio del ingenio yucateco.