El sandwichón yucateco y los exquisitos arrolladitos son imprescindibles en cualquier celebración o reunión. Su origen se atribuye a Petronilo Vázquez Madera, un talentoso panadero y trovador de Yucatán.
Petronilo, nacido en Cansahcab en 1900, combinó su talento culinario con el tradicional pan de molde para crear el sandwichón. La leyenda dice que, siendo niño, dejó su hogar, donde la familia dependía del trabajo en los campos de henequén, y viajó hasta Motul, donde consiguió empleo en una panadería. Su madre, preocupada, lo encontró en Motul y lo animó a buscar trabajo en Mérida. Esto marcó el inicio de una exitosa cadena de panaderías y la creación del sandwichón y los arrolladitos.
Petronilo fundó su primera panadería, «La Argentina», en la calle 60, y luego «La Flor de la 59» en el vecindario de Mejorada. En la década de 1940, adquirió la histórica panadería «Mercedes» en el barrio de San Cristóbal, que renombró como «La Reina». Fue allí donde el sandwichón y otras innovaciones culinarias vieron la luz.
Una de sus primeras genialidades fue comercializar el pan sin corteza, que se volvió popular entre los yucatecos. Luego, creó los arrolladitos y finalmente el famoso sandwichón. En 1956, Petronilo usó una rebanadora de carnes frías para cortar longitudinalmente las lozas de pan de molde, untándolas con mayonesa y carne molida. Enrolló las tiras de pan, las refrigeró y las cortó en rodajas pequeñas, creando así los deliciosos arrolladitos que encantaron a sus clientes y se convirtieron en un ícono de las fiestas mexicanas.