Para la cultura maya, la abeja melipona, guarda suma importancia en la biodiversidad del sureste mexicano, pues posee propiedades en el proceso de polinización y de gran significado en la Península de Yucatán.
Esta especie de abeja ya se cultivaba desde antes de la llegada de los españoles, por los ancestros mayas que le otorgaban un gran valor, así como incluirla en rituales y tradiciones.
En la actualidad, se tiene registro de más de 20 mil especies de abejas, clasificadas en 9 familias, solo en México se cuenta con 6 especies distintas. En el caso de Yucatán, destaca por sobre las demás, la abeja melipona beecheii, reconocida como la abeja sagrada maya.
La característica de esta abeja es que no posee aguijón por lo que es más vulnerable, además de tener el tamaño al de una mosca, por lo que es fácil confundirla. Es productora de miel, sin embargo, debido a su tamaño, su producción es menor al de la abeja común; de esta abeja también se puede extraer productos importantes como propóleo, polen y cera.
Una colmena de abejas meliponas solo posee una abeja reina, misma que es cuidada por las demás, cuando la reina está por morir, permiten el crecimiento y maduración de una abeja princesa para sustituir a la enferma.
Las abejas convencionales llegan a producir hasta 30 litros de miel anualmente, una colmena melipona apenas produce litro y medio de miel al año.
Preservar a la abeja melipona es preservar la vida porque representa la herencia cultural de nuestros antepasados. Por lo que las técnicas de manejo de colmenas son conocimientos que se transmiten de generación en generación.
Riesgos que presentan las abejas sagradas mayas:
- Destrucción de sus hábitats naturales debido a la urbanización
- Uso excesivo de plaguicidas y pesticidas
- Incendios o cambios de temperatura
- Contaminación del ambiente