viernes, septiembre 20, 2024
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Caballero pobre: postre tradicional de Yucatán

Los Caballeros Pobres son un postre tradicional de Yucatán que consiste en pan francés empapado en leche, endulzado y luego frito. Su sencillez y bajo costo lo hacen accesible para todos.

En tiempos pasados, este postre era tan popular que se encontraba en tiendas locales, reuniones familiares e incluso formaba parte del t’oox (postre servido después de un rezo) durante las novenas.

El caballero pobre se elabora con pan francés duro, preferiblemente de dos o tres días de antigüedad, para asegurar una textura firme. Este icónico postre de la gastronomía yucateca está adquiriendo gradualmente un estatus «exótico». Es cada vez más escaso tanto en restaurantes como en puestos ambulantes, y son pocas las personas que aún lo preparan en casa.

Durante años, estos postres económicos fueron indispensables en fiestas y reuniones familiares, siendo tan populares que se encontraban en numerosos negocios y tendejones de la capital yucateca y otras partes del estado.

Hoy en día, su presencia se limita principalmente a puestos en mercados municipales y restaurantes especializados en cocina yucateca. Este dulce se elabora con pan francés o barra, disponible en panaderías locales o vendido por panaderos ambulantes en las colonias yucatecas. Es similar a las conocidas «tostadas francesas» introducidas por la cocina española durante la colonia.

Antiguamente, las abuelas consentían a sus familiares con estos dulces utilizando pan que había endurecido al menos un par de días, lo cual le daba al caballero pobre una consistencia firme y deliciosa.

La historia de este postre tiene su antecedente en la «tostada francesa» o «torrija», documentada desde la Europa medieval con nombres como suppe dorate, soupys yn dorye, tostées dorées y pain perdu en Francia. En España, se conoce como torrija desde el siglo XV. Llevada a la Nueva España por los españoles, su elaboración se extendió desde los conventos hacia otros lugares.

A pesar de su creciente falta de popularidad, los caballeros pobres siguen siendo una parte central y distintiva de nuestra gastronomía, un recordatorio de nuestras raíces culinarias compartidas con la tradición europea de la tostada francesa.

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